El océano Atlántico separa América, en el oeste, de Europa y África, en el este. Se extiende desde el océano Glacial Ártico, en el norte, hasta la Antártida, en el sur. El ecuador lo divide artificialmente en dos partes, Atlántico Norte y Atlántico Sur. Su nombre proviene del griego Atlas, uno de los titanes de la mitología griega.
Tiene forma de S y una extensión cercana a los 80 millones de km², siendo el segundo en extensión, después del océano Pacífico, cubriendo aproximadamente el 20% de la superficie de la Tierra.
La anchura del Atlántico varía de 2848 km entre Brasil y Liberia a 4830 km entre los Estados Unidos y el norte de África.
Las cordilleras submarinas situadas entre la Isla de Baffin, Groenlandia y Escocia se han establecido, de modo convencional, como el límite entre el océano Glacial Ártico y el Atlántico Norte.
Al Este, el Estrecho de Gibraltar forma el límite con el mar Mediterráneo; al oeste, el arco formado por las islas del Caribe lo separan del mar Caribe.
Al Oeste existe una conexión artificial entre el Atlántico y el Pacífico por el Canal de Panamá.
Al Sureste, la separación con el océano Índico se establece, de modo convencional, por el meridiano de 20° E. Al Suroeste la divisoria se ha establecido en la línea de mayor profundidad que va del Cabo de Hornos a la península Antártica, en el paso de Drake.
Tiene una profundidad media de 3.743 m que se obtiene gracias a una gran meseta cercana a los 3.000 m de profundidad que constituye casi todo su fondo, unida a las grandes depresiones que se encuentran en los bordes de la misma y que llegan a superar los 9.000 m en las inmediaciones de Puerto Rico. A pesar de esto, su número de islas es relativamente pequeño.
La salinidad del océano Atlántico es de unos 36 gramos de sal por kg de agua y las especies más pescadas son la sardina, el arenque y el bacalao. Además, es el océano más importante de la Tierra desde el punto de vista comercial.